De pronto un haz de luz invadió los mares de chatarra, seguida de una silueta amenazadora que aplastaba los vestigios de la humanidad con su maza, levantando cascadas de chispas a cada zancada. La primera vez la vi de perfil, giró su cabeza con un zumbido metálico y pude notar el calor de su punto rojo en mi frente, era mejor morir fulminado por Gadorator que de hambre entre metal al rojo vivo por el sol impasible.
